Giselle, una joven muchacha del reino de Andalasia, va a casarse con el príncipe y serán felices para siempre. Pero la malvada madrastra de éste lo impedirá mandando a Giselle al mundo real, donde la felicidad no existe.
Simpática comedia disneyana para todos los públicos dirigida por Kevin Lima (que ya dirigió Tarzán). Si éxitos como Shrek lo fueron por reírse de Disney, ¿por qué no intentarlo uno mismo? Así, la compañía de Walt se auto-parodia en una historia de princesas, dragones y pajarillos cantarines, donde se ven referencias de un sinfín de clásicos, unas más claras (Blancanieves, Cenicienta o La Bella Durmiente) que otras (La Sirenita, La Bella y la Bestia, La Dama y el Vagabundo).
En el reparto, destacan la pareja principesca, con una Amy Adams estupenda en su papel de alelada. Y quien también está alelado, pero por sí mismo, es Patrick Dempsey, a quien le cuesta un mundo cambiar de expresión.
Alan Menken vuelve al género que le hizo grande, el musical, y crea canciones agradables y pegadizas que ayudan a ganar puntos al conjunto de la película [salvo "Ever, Ever, After", que es una caca]. Sin embargo, para el score no está especialmente inspirado, destacando sobre todo las dos últimas piezas de la edición discográfica.
Lo Mejor. Los números musicales, en especial That's How You Know
Lo Peor. Que hayan traducido las canciones en vez de subtitularlas.
¿Recomendable? Está entretenida, pero no hay que tomársela muy en serio.
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