Una noche, un recién nacido es abandonado en las puertas de un geriátrico. Pero ese bebé tiene una extraña particularidad: posee el aspecto de un viejo de 90 años.
Estupenda película de David Fincher, que cambia su oscurismo de Seven o El Club de la Lucha para contar esta bonita historia de amor. Par ello cuenta con un talentoso Brad Pitt, que interpreta con brillantez las diferentes etapas del protagonista. La vida de éste sirve, además, para recorrer diversas etapas de la historia americana, como ya viéramos en Forrest Gump (aunque Fincher apuesta más por dejarlas en un segundo plano)
Pero sin duda, el punto fuerte de la película es el prodigioso trabajo de maquillaje y post-producción, que es capaz de convertir a Pitt desde los 80 años hasta los 20. La bellisima fotografía de Claudio Miranda (un habitual de Fincher) ayuda a mostrar el contraste entre los mundos de los protagonistas, donde el otoño (como metáfora del envejecimiento) destaca con sus tonos amarillentos.
Alexandre Desplat crea una partitura muy melódica que ayuda a las imágenes a aportar carga dramática y que, por separado, permite una agradable y relajada escucha.
Lo Mejor. La historia, la dirección, el maquillaje...
Lo Peor. Los problemas de montaje y edición.
¿Recomendable? De lo mejor del año
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