Kevin Flynn, el creador del universo TRON, ha desaparecido, y su hijo, ahora dueño de la compañía, no se siente muy interesando por las finanzas. Sin embargo, un día recibirá una extraña llamada que le llevará a la antigua sala donde su padre desarrollaba su software.
Treinta años después de la primera película, llega esta secuela que sigue los mismos parámetros que su antecesora: humanos dentro de programas informáticos. Y al igual que en la primera, sus diálogos se pierden entre demasiada terminología computerizada. Jeff Bridges repite protagonismo con doble papel (en uno de ellos rejuvenecido mediante la técnica mocap)
Sin embargo, su punto fuerte son los CGI, infográfías y pantallas azules, con un diseño de producción que recuerda a la orgininal pero convenientemente modernizado y adecuado a los tiempos que corren.
La banda sonora corren a cargo del grupo Dafk Punk, que combinan ritmos electrónicos con acordes orquestales, como ya se hiciera en Matrix.
Ficha IMDB
Lo Mejor. El diseño de producción y efectos digitales.
Lo Peor. Diálogos con demasiados tecnicismos.
¿Recomendable? Para fans de la primera y a los que le guste la ciencia ficción y los Fx.
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